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Congreso Los lugares del saber en la Atenas democrática (Compostela, 2 - 4 noviembre de 2021)

Actualizado: 3 nov 2021


El congreso internacional Les lieux du savoir dans l’Athènes démocratique se celebrará entre el 2 y el 4 de noviembre en Santiago de Compostela, con el apoyo de la Fundación BBVA, en colaboración con la Sociedad Española de Estudios Clásicos (proyecto TOPOSOFÍA-Logos BBVA 2019), y del Ministerio de Ciencia e Innovación español (proyecto de la Agencia Estatal de Investigación PID2019-106782GB-100).


El evento, en el que participará más de una veintena de especialistas procedentes de cinco países, será emitido a través de Microsoft Teams y a él podrá accederse a través de este ENLACE.


CO-ORGANIZACIÓN:

Marco V. García Quintela (SÍNCRISIS - Universidade de Santiago de Compostela, España), Étienne Helmer (University of Puerto Rico – Rio Piedras, Puerto Rico), Arnaud Macé (Université de Franche-Comté, Francia), Noémie Villacèque (Université de Reims Champagne-Ardenne, Francia).

CO-SECRETARÍA:

Estibaliz García Gómez (www.acreditacionesysexenios.com), Nerea Terceiro Sanmartín (Universidade de Santiago de Compostela).


PLANTEAMIENTO:

Los persas destruyeron Atenas al final del verano del 480 a.n.e. La información sobre el episodio es desigual. El relato de Heródoto se centra en la Acrópolis (Hdt. 8.50.1, 53.2; 9.13.2), Tucídides se detiene en la apresurada reconstrucción de la muralla tras la retirada de los persas (1.89.3-93; Diodoro de Sicilia, 11.14.5, 15.2, 39-40; Plutarco, Temístocles 9-10). Además, los trabajos arqueológicos dan cuenta del brutal alcance de las destrucciones en la Acrópolis y el ágora y las destrucciones en el Ática también fueron generalizadas (Garland 2017).


Cuando los persas se retiran los atenienses se encuentran en la ambigua posición derivada de disfrutar de una improbable y completa victoria y de la necesidad de gestionar un país destruido. La Atenas en el siglo V se explica con esta clave y sus consecuencias en cuatro ámbitos.


1. El establecimiento de un Imperio concebido inicialmente como herramienta para continuar la lucha contra el persa (hasta la paz de Calias en el 449, fecha discutida).


2. La implementación de una democracia institucionalizada para garantizar el acceso de los ciudadanos al ejercicio del poder.


3. Un notable desarrollo económico asociado estrechamente con un importante poderío militar, sobre todo naval.


Sobrevolando estos tres ámbitos se manifiesta el CUARTO ámbito: la aparición y desarrollo de saberes diversificados que tienen como escenario la ciudad.


La gestión de la democracia y la aparición de nuevos saberes o la renovación de los tradicionales corre pareja con una importante remodelación urbanística. Cabe señalar el traslado del ágora desde el este al norte de la Acrópolis y, seguidamente, la derivación desde allí de aspectos esenciales de la vida pública hacia la Pnyx y el teatro de Dionisio en la ladera sur de la Acrópolis. Estos nuevos espacios de actividad pública, junto con los ya existentes (como la actividad religiosa en la Acrópolis, pero no sólo allí) y los espacios intermedios entre ellos, constituyen una superficie continua que ocupa aproximadamente 2/5 del área cercada por la muralla. Es decir, la institucionalización democrática de Atenas se dota, para ser operativa, de amplios espacios dedicados a la vida común en donde se emplazan o difunden saberes progresivamente especializados.

Nos interrogamos sobre cómo se produce la relación saber/lugar en la Atenas democrática entre el período dominado por Cimón (Di Cesare 2015) hasta el tiempo del orador Licurgo (Azoulay, Ismard 2012). Pasamos a exponer el interés de esta cuestión.


Platón (427-347) presenta en muchos diálogos a Sócrates (condenado a muerte en el 399) hablando con sus interlocutores lejos de los escenarios de la actividad pública en Atenas (son la excepción los diálogos sobre el proceso y muerte de Sócrates). Aristófanes en las Nubes (estrenada en 423) inventa el phrontisterion para ubicar a Sócrates porque, aparentemente, carecía de un lugar en la ciudad. Además, la enseñanza de los sofistas, paralela a sus frecuentes funciones como embajadores de sus ciudades, transcurría en las casas particulares de los aristócratas que los contrataban (Hipias Mayor 281b-283b, y la presentación de la casa de Calias en Protágoras). Esta reflexión literario-filosófica sin lugar definido se entrecruza con la fundación de la Academia (387 a.n.e.) y después del Liceo (335 a.n.e.), como lugares destinados a la gestión del conocimiento con un estatus particular con respecto a la polis.


La posición del saber filosófico en el tejido urbano de la Atenas democrática ejemplifica las dificultades de ubicar en la ciudad la diversificación de las formas del saber producidas entre los siglos V y IV. Su estudio sin embargo es muy desigual desde el punto de vista de la relación saber/lugar.

En este sentido, son evidentes las expresiones de conocimiento unidas al desarrollo político, institucional y religioso de Atenas en lugares bien definidos de la topografía urbana. La retórica política tiene como sede la Pnyx, los discursos judiciales se asientan en los tribunales, algunos con sede en el ágora, mientras que el teatro, parte inextricable de la vida institucional, se representa en la ladera meridional de la acrópolis. Estos saberes protagonizados por ciudadanos se complementan con el saber de los esclavos públicos que garantizaban el funcionamiento cotidiano de instancias como el archivo, la ceca, o la policía. También resulta evidente que la dimensión ritual de la vida político-religiosa de la ciudad con una ubicación definida, sobre todo en la Acrópolis como sede de los cultos relacionados con Atenea. Otras veces existen dudas sobre dónde tenían lugar ciertos espectáculos. Por ejemplo, el recitado de la poesía homérica durante los juegos panatenaicos posiblemente se llevaba a cabo en la Pnyx, pero no es seguro (Platón, Ion, 535d-e).


Otros saberes carecen de ubicación precisa, como la filosofía anterior a la Academia, que nos servía de ejemplo. Lo mismo ocurre con los saberes científicos o paracientíficos como la astronomía, la medicina, o la historia.


El coloquio pretende estudiar históricamente la vida intelectual ateniense tomando como hilo conductor las formas en que se manifiesta en la topografía urbana y en relación con la posición social e institucional de los promotores y usuarios de esos saberes. Es decir, se trata de estudiar la filosofía, el teatro, o la retórica, como expresiones de la vida social de los habitantes de Atenas.


Esta propuesta se basa en aportaciones teóricas sobre el singular carácter epistemológico del espacio. Cabe evocar aportaciones que enfatizan cómo el espacio carece de “propietarios” científicos o, dicho de otra manera, cómo es un ámbito de convergencias disciplinares. La aportación de la geografía fenomenológica es importante con su distinción entre “space”, neutro, y “place”, cargado de referencias intelectuales o simples evocaciones. Estas reflexiones se ramifican hacia la antropología, y la arqueología del paisaje. Estos trabajos subrayan la necesidad de comprender la heterogeneidad de los lugares dado que las sociedades que los habitan les conceden valores y sentidos que promueven, consienten, toleran o prohíben acciones según sus características, sus tiempos, los grupos sociales implicados y los momentos de la vida colectiva. Por otro lado, la señalada importancia de los espacios comunes de Atenas dedicados a diferentes expresiones del saber debe verse a la luz de una creciente literatura sobre el papel de los comunes a partir del trabajo pionero de Elinor Ostrom y con desarrollos específicos como los urban commons, el conocimiento como “común”, o los espacios religiosos como “comunes”.


Estas inquietudes han llegado parcialmente a los estudios sobre Grecia antigua. En un trabajo clásico A. Snodgrass negaba la existencia de un concepto griego de paisaje (Snodgrass 1990: 81-106). Sin embargo, el estudio de la religión griega sugiere que, aunque no existía la palabra, existía la “cosa”. El estudio pionero de F. De Polignac (1995), ha llevado a una reevaluación de los textos que describen los espacios en donde actúan hombres y dioses, así como las formas variables de su materialización. Esto es importante porque a veces espacios relevantes cultural o religiosamente carecen de construcciones siendo la ideación sobre el lugar, expresada en los textos, lo que permite definir como sagrado un espacio con poca o nula huella arqueológica. Esta constatación ha llevado a buscar en los textos las huellas de esos paisajes no conceptualizados, pero creados y recreados desde la reflexión religiosa y/o literaria. La cuestión de los comunes está menos explotada, aunque son relevantes los trabajos de A. Macé (Macé 2013, 2014). Sin embargo, la Atenas democrática permanece ajena a estas reflexiones. Podemos ilustrar esta idea con algunos ejemplos.

La Pnyx se ha estudiado desde el punto de vista arqueológico, institucional, y de dinámica social e ideológica. Pero estas explicaciones se dan la espalda unas a otras, como si no implicasen a las mismas personas en los mismos lugares. Algo parecido ocurre con la Acrópolis, los estudios sobre su mitología y simbología se dan la espalda con los estudios topográficos e histórico-artísticos, como si fuesen realidades diferentes en tiempos distintos. En el caso del teatro, los trabajos compilados por Wilson (2007), ofrecen una visión integrada entre el lugar y la acción social, pero prescinden de su función político institucional enfatizada por Tozzi (2016).


En este coloquio intentaremos buscar argumentos a través de esas miradas tomando como hilo conductor el examen de los lugares donde se desarrolla el saber y la definición social de sus ocupantes evitando caer en un determinismo del lugar. Al contrario, se trata de comprender cómo determinados agentes sociales e históricos escogen ciertos lugares ya existentes o precisan crear otros nuevos.


La hipótesis de partida es que los intelectuales atenienses o residentes en la Atenas democrática escogen para expresarse puntos de la topografía urbana dotados de connotaciones específicas. Partimos también de una definición amplia de la acción intelectual, inspirada en ideas como la del intelectual colectivo de Gramsci (textos de sus Quaderni del carcere) para entender aspectos de la vida colectiva ateniense que van más allá del intelectual como autor literario, y permite entender la acción intelectual de Pericles cuando diseña un programa edilicio en la Acrópolis con ayuda de Fidias u otros y que se somete al escrutinio público de la asamblea, o a intelectuales en sentido más ordinario como los dramaturgos o filósofos o, de manera más trivial pero no menos evidente, la de los atenienses votando cotidianamente en la asamblea o los tribunales, generando y aplicando saberes técnicos, viviendo los saberes cotidianos de las casas o del mercado. Todos ellos buscan un lugar para expresarse, aunque algunos lo reciben de la tradición y otros precisan construirlo.


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